lunes, 26 de febrero de 2018

Reseña de Black Mirror



Black Mirror es una serie británica de televisión. Con un formato de antología, un reparto diferente de actores representa historias distintas que se relacionan entre sí por la temática. Creada por Charlie Brooker en 2011, Black Mirror nos invita a asomarnos a un futuro cercano donde la tecnología se ha apoderado del lado oscuro del ser humano.

La explotación morbosa de la información; un mundo regido por la meritocracia, donde las tecnologías virtuales se utilizan para alienar a los ciudadanos hasta el colmo del consumismo; personas que llegan al extremo en la interminable búsqueda por la aprobación social mediante el uso de redes sociales virtuales; la utilización de la tecnología con el objeto de mejorar nuestra vida diaria, obteniendo aislamiento, soledad y locura en el proceso; o usarla para proteger a los hijos de los peligros del mundo, a cambio de su propia libertad como individuos; Black Mirror cuenta hasta el momento con cuatro temporadas (19 episodios), se transmite vía streaming por Netflix.

Himno nacional (The National Anthem)

Bathurst, O. (director). (2011, 4 de diciembre). The National Anthem. Ch. Brooker y A. Jones (productores). Black Mirror 1(1). Inglaterra, Reino Unido: Zeppotron.


Ernestina Quintero Velázquez
Para mí, uno de los capítulos más traumáticos, que me ha dejado pensando en muchos aspectos. La serie no podía haber tenido mejor comienzo.

La princesa Susana es secuestrada por un terrorista loco, que lo único que pide a cambio para la liberación de la princesa es algo muy simple, que el primer ministro tenga relaciones sexuales con un cerdo, y no solo eso, debe de ser grabado en vivo y por televisión abierta.

El capítulo empieza por el video que subió dicho terrorista a YouTube de la princesa llorando y dando instrucciones de cómo se debe de llevar a cabo dicho fenómeno, este video se extiende a Twitter y Facebook y todas las redes sociales están hablando de eso. Los noticieros más famosos de la televisión, como Fox y CNN, están comentando y haciendo críticas y debates al respecto. Todo tipo de persona está enterado de cada minuto, hospitales, bares, etc.

Mientras tanto el protagonista de la historia, el primer ministro, al principio piensa que es una broma, pero después se da cuenta que es una situación real, y sobre todo es la vida de una princesa, toda esa responsabilidad estaba en sus manos. Todo un país, el gobierno y su familia discute con él, que está convencido de que no quiere tener un encuentro sexual tan desagradable, pero el tiempo se acaba.

Los medios de comunicación están locos por obtener información, a tal grado que exponen su cuerpo a agentes del gobierno y hasta arriesgan su vida.

La tecnología del Photoshop y otros métodos para evitar que el primer ministro lo haga es inútil.

Y la presión social es totalmente desquiciada, morbosa, burlesca ante el impacto. Llegan a tal grado cínico de apostar a que si hará el acto sexual con el animal. Se juntan y es como si vieran cualquier TV show, o una película, una caricatura, aquí la vida de la princesa pasa a un segundo plano, ya no es interesante, tan solo es prioridad estar obsesionado con ver al primer ministro sufrir.

En conclusión, el experimento del terrorista no es para el ministro o la princesa, sino para la sociedad en sí. La tecnología de las redes sociales, las noticias en tiempo real, y la difusión masiva de videos virales, si bien nos traen ventajas también un día podrían ser herramientas con fines terroristas. El terrorista al final fue llamado un “artista” e incluso, para mí, un científico, usando el método científico, ya que manipuló las variables que tenía a su antojo y solamente se sentó a observar lo que ocurría alrededor.

15 millones de méritos (Fifteen Million Merits)

Lyn, E. (director). (2011, 11 de diciembre). Fifteen Million Merits. Ch. Brooker y A. Jones (productores). Black Mirror 1(2). Inglaterra, Reino Unido: Zeppotron.


Eire Andrea Pérez
En este capítulo las personas se encuentran en una especie de encierro, en el cual su obligación y rutina diaria solo consta en pedalear una bicicleta, con el único fin de conseguir más dinero llamado "méritos" para de esta manera consumir: alimentos, productos de higiene, o saltar anuncios que están obligados a ver (bastante común cuando entramos a ver algún video en Facebook, You Tube, etc.) o algo mejor conseguir avatares o algún otro accesorio o plataforma, que a su vez tampoco está muy alejado de la realidad ya que como saben hay algunas plataformas así.

También hay algo parecido a un reality show en el cual por 15 millones de méritos demostrando una habilidad pueden cambiar este estilo de vida; pasar de ser consumidor de información a ser quien participa para crear más consumismo.

Por su parte, Bing, quien, cansado de tanta falsedad, conoce a Abi, la cual él cree que podría llegar más lejos de solo la bicicleta, ayudándola a conseguir un pase que le costará más de 12 millones de méritos. Dándole una nueva oportunidad, pero al no resultar como a ellos les gustaría, el tendrá que conseguir los méritos necesarios para entrar y ante las cámaras y con una latente amenaza decir lo que él piensa de ese mundo tan plastificado y falso. Bing en su explote de sentimientos dice: "entre más falso más les gusta, lo falso es lo único que sigue funcionado, lo falso es lo único que sigue funcionando, muéstrenme algo real, no, porque no pueden". Pero qué tan real es así en el momento de una oferta él aceptará.

Blanca Navidad (White Christmas)

Tibbetts, C. (director). (2014, 16 de diciembre). White Christmas. Ch. Brooker y A. Jones (productores). Black Mirror. Inglaterra, Reino Unido: Endemol Shine UK.


Blanca Fernanda González Ibarra
Si eres alguien que ya vio The X-Files y The Twilight Zone quizás querrás ver la serie británica llamada Black Mirror, televisada en Netflix como una de las mejores series nuevas de ciencia ficción.

Creada y escrita por Charlie Brooker, esta serie nos muestra un formato de diferentes narrativas y diferente reparto en cada episodio. Pero el verdadero terror de la serie se centra en sus futurista pero posibles escenarios acerca de las peligrosas, depravadas e inmorales profundidades humanas que podrían darse a ocurrir si la tecnología rebasa nuestros límites. El creador lo describe como “la manera en la que podríamos estar viviendo en 10 minutos si somos lo suficientemente torpes”.

Si hay una lección acerca del episodio “White Christmas” (Blanca Navidad) - una historia dividida en tres partes acerca de las consecuencias de la soledad y el destierro - sería detenernos, pensar y empatizar.

La primera historia de este capítulo nos presenta a Matt (Jon Hamm), además de su trabajo de día a día, Matt dirige un grupo en línea como un entrenador de seducción y un guía para dicho grupo de mirones con la premisa de poder tener “acción”.

El mundo de “Blanca Navidad” es habitado por gente con implantes en los ojos que les permiten controlar y compartir lo que ven, un aparato que graba y te deja rebobinar, volver a ver y visitar cualquier momento de tu vida, ya sea algo tan monótono como recordar donde pusiste tus llaves hasta volver a ver la infidelidad de tu pareja. Es en este tipo de avance tecnológico - con un potencial de destruir las relaciones humanas - en las que se centra la serie.

Tenemos a Harry, un joven nervioso que le paga a Matt por sus servicios, viendo todo lo que Harry hace y aconsejándolo en cómo obtener la atención de una misteriosa y oscura mujer en una fiesta de Navidad de una oficina a la que se estaba colando. Después de varios intentos consigue obtener su atención y la mujer lo invita a su casa. ¿El remate? La mujer es una esquizofrénica suicida sin medicarse que piensa que encontró a alguien como ella cuando escucha hablar a Harry con las “voces” en su cabeza quien sería Matt. Le hace beber un veneno creyendo que habían hecho un pacto suicida y así da la muerte de la mujer, de Harry y de la segunda carrera de Matt.

En este punto de la historia Matt es el villano. Es manipulativo, engañoso y cataloga a las personas, no reporta las muertes de las que forma parte y su trabajo real se centra en la tortura.

En la segunda historia, el segmento tipo Kubrickiano en donde la rica Greta (Oona Chaplin) se somete a una cirugía en cual su subconsciente es copiado, descargado en un pequeño compartimiento llamado “cookie” donde una pequeña versión de ella misma vive y puede controlar los aparatos de su hogar. Matt es el responsable de esto, él es quien habla con los subconscientes después de ser colocados en el “cookie”. Les da la opción de cumplir con su rol como prender las luces, calentar el piso, prender la estufa, etc., o pueden vivir en agonía por un largo periodo de tiempo haciendo absolutamente nada en un cuarto blanco, con la capacidad de manipular el tiempo dentro del “cookie”, Matt los deja semanas, meses y hasta años en completa soledad, lo cual para él son unos simples minutos, cuando regresa, los subconscientes son máss que obedientes.

Imagina estar atrapado en un ciclo sin fin de soledad, recuerdos dolorosos y locura con la mínima esperanza de una canción navideña, podríamos considerar esto la tercera historia.

Las últimas imágenes del episodio se quedan con nosotros, un Matt caminando hacía un mundo de sombras blancas, permanente bloqueado de todas las personas que conoce (lo cual es la trama de la tercera historia) y un Joe virtual atrapado por un milenio, sintiéndose rendido en su cuerpo físico. Estas imágenes finales hacen que el episodio se sienta aún más fuerte.

Con la idea de que la tecnología no solamente nos ayuda, también nos podría perjudicar, como dice Brooks, si somos lo suficientemente tontos y en mi opinión lo somos. Nos atrae el hecho de una vida mejorada y actualizada, sencilla y sin problemas, ¿para que lidiar con un problema nosotros mismos si podemos encargárselo a una maquina? ¿Cierto? ¿Para qué hablar con un amigo frente a frente si puedo enviarle un mensaje? ¿Para qué leer un libro cuando se tiene la información a un clic de distancia? ¿Para qué complicarlo?

Caída en picada (Nosedive)

Wright, J. (director). (2016, 21 de octubre). Nosedive. Ch. Brooker y A. Jones (productores). Black Mirror 3(1). Inglaterra, Reino Unido: Endemol Shine UK.


Gabriela Karina Zúñiga López
“Caída en picada” nos muestra un mundo en donde la búsqueda por la aprobación social alcanza un nivel extremo. Después de casi alcanzar la cúspide, Lacie Pound experimenta las consecuencias de bajar vertiginosamente los escalones de un sistema que impone castigos o recompensas -económicas y sociales- según el estatus social. En este sistema, una sonrisa, una actitud amable y una interacción significativa se cuantifican en “estrellas”, como en la conocida escala de una a cinco estrellas. La calidad de los bienes y servicios que se pueden adquirir dependen de este sistema, incluso el empleo y el acceso a determinados círculos sociales.

Con una similitud inquietante a la realidad actual, el primer episodio de la tercera temporada de la serie Black Mirror nos recuerda el uso de las redes sociales, como Facebook e Instagram. Estas plataformas digitales nos permiten conectarnos -en teoría- con un gran número de personas, mientras compartimos momentos de nuestras vidas, opiniones, y hasta nuestras pautas de consumo. Sin embargo, algunos efectos negativos se pueden presentar en el uso de redes sociales, como varias investigaciones científicas han expuesto. Ansiedad y depresión pueden ser el resultado de comparar nuestras vidas con las de las personas “exitosas”, o de anhelar “likes” y comentarios para nuestras publicaciones.

Un ambiente luminoso enmarca la vida en apariencia idílica en el mundo representado en “Caída en picada”. Los tonos pastel que predominan tanto en la vestimenta de los personajes como en el mobiliario de la mayor parte de la escenografía, refuerzan la imagen de armonía y felicidad. La música, serena al principio, acompaña a los personajes de sonrisas exageradas y acartonadas en su devenir cotidiano, mientras la farsa de la felicidad, éxito y popularidad apenas se sostiene. Luego, el compás se agita y se oscurece a medida que el descenso progresa.

Bryce Dallas Howard conduce con maestría a Lacie Pound, su personaje, a través de quien atestiguamos la fragilidad de una vida basada en la tiranía de la aprobación social. Las consecuencias económicas, sociales y psicológicas que experimenta Lacie se vislumbran en otros personajes también. La división de clases se digitaliza; cinco estrellas para la clase alta, tres para la media, y una para la baja. Aunque nos pueda parecer una situación exagerada, lejana a la realidad actual, en China, por ejemplo, ya existe una iniciativa para aplicar, en 2020, un sistema similar al de “Caída en picada”. Asimismo, en 2015 se lanzó la aplicación para teléfonos celulares Peeple, la cual permite calificar el desempeño personal, profesional y amoroso de otras personas.

“Caída en picada” es uno de los episodios más recomendables de Black Mirror. Su trascendencia radica en la crítica de algunos de los efectos que las nuevas tecnologías globales, como las redes sociales, pueden tener en las personas. Black Mirror se ha posicionado como un nuevo referente de la ciencia ficción distópica, “Caída en picada”, por su parte, además de entretenernos con las desventuras de Lacie Pound, nos advierte que los nuevos medios de conexión social pueden tener doble cara.

Arkangel

Foster, J. (director). (2017, 29 de diciembre). Arkangel. Ch. Brooker y A. Jones (productores). Black Mirror 4(2). Inglaterra, Reino Unido: Endemol Shine UK.


Karla Cendejas Medrano
Arkangel es el segundo episodio de la cuarta temporada de Black Mirror, una serie de televisión británica creada por Charlie Brooker y producida por Zeppodron.

Fue el primer episodio de Black Mirror dirigido por una mujer, y el primero en tener un fuerte énfasis en la familia.

Arkangel es el nombre de una empresa de tecnología de chip implantado que permite a los padres rastrear y controlar a sus hijos, así como ver imágenes que les causarían angustia. La madre soltera Marie (interpretada por Rosemarie DeWitt) le implanta a su hija Sara (Brenna harding).

Ya que los padres tienen la responsabilidad de proteger a sus hijos de los peligros del mundo y proporcionarles un ambiente seguro en el cual crecer, pero la madre de esta historia va demasiado lejos para cumplir con su labor, interviniendo el cerebro de su hija con un chip que le permite conocer su ubicación, monitorear su salud, ver todo lo que ella ve, e incluso bloquear su alcance visual y auditivo.

Marie permite que Sara crezca sin el uso de Arkangel. Cuando Sara madura y se convierte en una adolescente rebelde.

Este comportamiento inusual es una consecuencia directa de la sobreprotección de Marie y del filtro antiestrés ya que crece sobreprotegida de los desafíos que presenta el mundo exterior, nunca genera un mecanismo propio para enfrentarse a estos desafíos y sólo responde a ellos con gritos, golpes y violencia extrema.

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