martes, 8 de mayo de 2018

La anomia en la obra de Dostoievski.


Introducción

La importancia de la literatura en los estudios de interés de ciertos campos como la psicología, la sociología, la historia, entre otros, es claramente observable si hacemos consciente que no hay obra literaria por más  que aparezca en el género de ficción, que no responda a un contexto histórico-social. Ya sea a modo de respuesta, de cuestionamiento, de negación o de afirmación, la literatura se mantiene estrechamente unida a su tiempo y a su espacio, y nos puede ayudar a los científicos sociales, como herramienta desde donde nos podemos situar, para poder adquirir un ángulo que quizá no hubiera sido sencillo conseguir por otro medio.
            Ahora cuando nos encontramos con ese tipo de literatura que tenía como motor describir lo más fielmente la realidad histórico-social que lo rodeaba, el interés de los científicos sociales en esta debe ser mayor. Así en la investigación particular de una sociedad, tenemos la posibilidad de apoyarnos en análisis exhaustivos del comportamiento y psique humana que se contienen de manera extraordinaria en la literatura. Con base en lo anterior, en este ensayo trataré de aplicar el concepto de anomía de Emile Durkheim, para analizar y comprender más a fondo la novela Crimen y castigo (1972) de Fiodor Dostoivesky. El objetivo principal será reflexionar si la situación de la Rusia Zarista retratada en esa novela y el accionar de los personajes, en especial del protagonista, pueden ser explicados o no, desde una perspectiva sociológica. Lo primero que haré  será hacer un breve recorrido por la vida  y pensamiento de Dostoiveski, después por los acontecimientos más importantes de la novela y el contexto en que esta se sitúa y a continuación, explicaré el concepto de anomía para finalizar analizando la obra aplicándolo.





Biografía y comentarios de la obra de Fiódor Mijaílovich Dostoievski

            Nació el 30 de octubre de 1821 en Moscú, su padre fue un cirujano militar que trabajó en un hospital para pobres de Marinksi, para más tarde comprar una propiedad en 1831 y adquirir siervos y un título nobiliario. Su padre era un hombre medianamente instruido y de tradiciones y costumbres conservadoras, conocido por la severidad de su temperamento. Su madre, descendiente de una familia de comerciantes, era una persona instruida y con carácter dulce, transigente y profundamente religiosa, de dónde podemos intuir la influencia del cristianismo ortodoxo fuertemente visible en la obra de Dostoievski.
            Nacido en la época del reinado del zar Nicolás I, la Rusia Zarista estaba pasando por una etapa de dura represión en pro a debilitar y detener las ideas liberales occidentales provenientes de Europa que empezaban a florecer en las mentes de los más jóvenes, como el intento de reformar una Rusia zarista que en todo el transcurso del siglo xix sufrió una crisis que acarreó su inevitable disolución Aún a pesar de todos los métodos represivos del Zar, las ideas revolucionarias y liberales no podían ser totalmente extinguidas, y la industrialización empezó a transformar poco a poco a Rusia, haciéndola pasar por una etapa de profundas crisis, siendo notables en las abismales diferencias de clase. Dostoiveski ingreso a la academia de ingeniería militar de San Petersburgo en 1838, donde permaneció 5 años. A partir de esa experiencia y con base a un gusto por la literatura desde la niñez, decide abandonar su carrera militar para buscar seguir su pasión, que serían la pluma y  las hojas hasta el final de sus días.
            El recorrido por la narrativa Dostoievskiana es un proceso incesante entre comprenderte y comprender lo otro, siempre desde un profundo temor y una constante desgracia.
            Él entendía al humano como el lugar donde múltiples y heterogéneas dimensiones luchan y chocan entre sí, donde lo malo no es simplemente malo. Negaba y fragmentaba la aparente universalidad, que empezaba a  reinar el pensamiento en esa época, donde la razón y su capacidad “divina” podían nombrar, describir y definir cada acto humano. Incrédulo de esa ciencia que empezaba a obtener autoridad sobre el alma humana, llamada psicología, él la veía con desconfianza, y la desentrañaba con un profundo análisis y desarrollo psicológico en sus personajes.
            Nos enseña a ver al humano como una continua e incesante ambivalencia, donde cada acto tiene en sí, múltiples causas y múltiples interpretaciones de esas causas, y su forma de mostrárnoslo es en sus insuperables narrativas psicológicas, donde cada personaje define muy bien cada uno de los distintitos pensamientos o reflexiones que tiene Dostoievski  (desde su realidad compleja) de cada situación importante en la historia que nos narra.
            Sus historias están llenas de angustia, tanto así que pareciera que esta emoción tan humana, fuera la piedra angular que guía la mayoría del hacer de sus protagonistas.
            El que sus historias sean guiadas mayoritariamente por la angustia, tiene su respuesta en el devenir de su propia vida, que a falta de mucho, tuvo de sobra y como eterna acompañante a esa emoción tan pesada e intensa. Su vida, como muchas otras coetáneas a él  y a mí, reflejan ese modelo del hombre moderno, que a base de un marcado y en creciente individualismo, que nos separa de la vida social y que nos sumerge en la sustitución de una conexión pre-moderna de relacionarnos con los otros, a una raquítica, plástica, robotizada y funcional “nueva” y común forma de relacionarnos con los otros.
Lo primero que admiré y reconocí en la  primera lectura de crimen y castigo, (una de sus obras más icónicas) fue cómo el ojo narrativo se paseaba ya sea entre la mente de un joven nihilista, pobre, angustiado, asesino y totalmente exiliado del mundo moral por su ausencia de valores; por calles, callejones y tugurios, donde la miseria humana sustituye la pintura de los muros y la tragedia al nublado sol de san Petersburgo; o por el corazón destrozado, devorado, vomitado y vuelto a comer por la sociedad, de una prostituta cristiana, que su incondicional amor por el otro desahuciado, negado, condenado por el ojo de dios y por el ojo de una sociedad que sabía muy bien condenar pero no condenarse, seguía latiendo y tenía su justificación, como canal de expiación de los pecados, como perdón absoluto y como puente de resurrección hacía el regreso al mundo de lo correcto.
Acontecimientos más importantes en Crimen y castigo
Así es que en ese nihilista encontramos al protagonista llamado Rodión Románovich Raskólnikov de su obra Crimen y Castigo (1972), un joven que por causas económicas tiene que abandonar la universidad para anidarse en una habitación mísera y apenas conseguir lo mínimo vendiendo algunos artículos a una vieja usurera para sobrevivir. En uno de los momentos de mayor crisis en el personaje, inspirado por condiciones de vida paupérrimas y por extrañas deducciones psicológicas, es que decide asesinar a la usurera. Esto debido a dos razones: para conseguir dinero y por la fiel convicción de que esa vieja era una persona vil y que su existencia en el mundo no traía nada bueno para la sociedad. A partir del crimen (acontecimiento más importante del libro) en el cual sucede algo fortuito, (el asesinato también de la hermana de la usurera por haberlo sorprendido en el acto) es que Raskolnikov esconde el dinero robado y se sumerge en una profunda crisis psicológica, donde la culpa, la reflexión y la angustia luchan en la mente de este joven desgraciado.
            A lo largo de la novela vamos encontrando más personajes que serán de vital importancia. Uno de ellos es el antagonista de Raskolnikov, el juez de instrucción llamado Porfirio Petrovich, el cual gracias a su calculadora inteligencia y a sus habilidades de detective, consigue después de varios interrogatorios descubrir que Raskolnikov es el asesino.
            Sonia Semiónovna Marmeládova, una joven cristiana de 18 años que tiene que prostituirse para mantener a su familia. Fueron los únicos oídos que recibieron la confesión  de Raskolnikov por la creencia de la pureza de su corazón y así Sonia se convierte en el  camino hacia la resurrección de él, cuando este confiesa a la policía y es condenado a 8 años de prisión en Siberia, lugar al que Sonia lo acompaña por el amor incondicional que le tiene.
            Otro de los personajes importantes e icónicos de Crimen y castigo (1972), es Semión Zajárovich Marmeládov, un exfuncionario alcohólico padre de Sonia que tiene en la miseria a su familia, su primer y más importante encuentro con Raskolnikov, en una cantina, casi al inicio de la narración, es considerada una de las mejores escenas de la literatura Dostoievskiana. Este personaje muere atropellado por una carreta.
            Hemos expuesto anteriormente la tendencia de Dostoievski, esa particularidad de mirar el mundo  desde los ojos de los condenados, de los inmorales, de los insignificantes, de aquellos míseros humanos que caminan en el borde de esa línea que determina lo bueno y lo malo de su condición de humano-moderno, es para mí una de las tantas atribuciones que Dostoievski nos deja a la posteridad para el entendimiento de la modernidad. Esto es lo que nos ayuda a conocer desde un ángulo adecuado,  la realidad de la Rusia Zarista y a empezar a comprender el actuar de sus personajes como dependientes al contexto socio-político-económico que los rodeaba.

Anomia en crimen y castigo
Durkheim considera a la sociedad como “el conjunto de sentimientos, ideas, creencias y valores que surgen a partir de la organización individual a través de este tipo de grupo y que tiene una existencia diferente y superior a cada uno de sus miembros, es decir, que existe gracias al grupo pero no está en ninguno de ellos de forma individual.”(López, 2009, p.4)
El concepto de solidaridad mecánica y de solidaridad orgánica, son fundamentales para que podamos entender el concepto de anomía.
            La solidaridad mecánica se daba en sociedades tradicionales o pre-modernas “en las cuales existe una división mínima del trabajo, se desarrolla una conciencia colectiva que hace énfasis en la solidaridad de grupo” (López, 2009, p.6) Es decir que en esas sociedades, la división del trabajo no estaba tan especializada ni diversificada, y esta se regía por una fuerte integración de la comunidad, por lo tanto el grupo era la fuerza dominante de la sociedad. Y la solidaridad orgánica que es el resultado de remplazar la primera en relación a que la sociedad ha crecido junto con las especializaciones que cambian drásticamente la división de trabajo, “ es decir, una conciencia colectiva que se basa en la interdependencia mutua de los miembros de una sociedad” (López, 2009, p.8) y por lo tanto los miembros de la sociedad se comunican entre sí en pro a un sistema funcional de partes inter-vinculadas, donde al especializarse cada vez más un individuo, este necesitará que alguien más haga lo que él no puede hacer.
            Este cambio entre solidaridad mecánica y solidaridad orgánica, lo podemos ver claramente en el contexto de la Rusia Zarista de esa época, donde la industrialización empezaba a surgir y los lazos entre los individuos pre-modernos empezaban a ser remplazados por los lazos modernos-industriales-capitalistas, sumiendo a Rusia en una profunda crisis social, y de la cual Dostoievski hace mención : “iba tan miserablemente vestido, que nadie en su lugar, ni siquiera un viejo vagabundo, se habría atrevido a salir a la calle en pleno día con semejantes andrajos. Bien es verdad, que este espectáculo era corriente en el barrio que nuestro joven habitaba.”(Dostoiesvki, 1972, p.83) Así Dostoievski, nos va dejando pistas, agudas reflexiones sobre el contexto socio-histórico que habitaba, ya sea con la elección misma de la trama que desarrollaba y de los personajes que creaba, o en los pensamientos de sus personajes. Así en este momento de transición que afectaba a Rusia entre la pre-modernidad y la modernidad, y con lo que acarreaba el cambio de la división de trabajo y de los procesos productivos, es que podemos encontrar la anomía, entendiendo a esta como “la ausencia de un cuerpo de normas que gobiernen las relaciones entre las diversas funciones sociales que cada vez se tornan más variadas debido a la división del trabajo y la especialización, características de la modernidad” (López, 2009, p.6) así la sociedad  “cumple dos funciones: la integración y la regulación; cuando la segunda no es ejercida adecuadamente los individuos se encontrarán en una situación de anomia, concepto que ocupa un papel central en su obra” (López, 2009, p.4) Entonces ¿podemos decir que el régimen zarista en donde se desenvuelve Dostoievski y se mueve Raskolnikov en Crimen y castigo, estaba pasando por un momento de anomia? Donde las relaciones entre los individuos estaban cambiando drásticamente, con la llegada del pensamiento liberal, burgués, capitalista. Dejando al régimen zarista en un momento donde la integración y la regulación pasaban por un momento de crisis, si no, ¿Por qué existiría la historia de un joven que a culpa de la miseria y de un nulo contacto con su exterior, decidiera asesinar a una vieja usurera que vivía de estafar a los demás, y todo eso para conseguir dinero y una justificación más grande a su existencia? ¿No será que Raskolnikov tenía un nulo reconocimiento con su comunidad? Y ¿su nihilismo respondía a la aflicción, el caos y la confusión que la industrialización y la modernidad estaban llevando y transformando en San Petersburgo? Debido a que la transformación ha sido rápida la sociedad ha cambiado los mecanismos y las relaciones de producción, sin embargo, la reglamentación moral, la tabla de valores de la sociedad, cruza por un periodo de atraso con respecto a los cambios políticos, económicos y sociales, que es necesario renovar y que se amolde a ese nuevo cambio de vida, como consecuencia de esto “se ha producido una situación de competencia sin regulación, lucha de clases, trabajo rutinario y degradante, entre otros, en el que los participantes no tienen clara cuál es su función social y en la que no hay un límite claro, un conjunto de reglas que definan qué es lo legítimo y lo justo” (López, 2009, p.6)
            Entonces la rápida transformación  debilita el poder de “regulación” de la sociedad, dejando al individuo sin fuertes límites sobre lo que debe o no debe hacer, así Raskolnikov, al no tener una acotación sobre su acción individual muy clara, debido al cambio de la fe por la razón, del juicio por la tradición, “A raíz de este debilitamiento identificado como anomia, los individuos han dejado de tener clara la diferencia entre lo justo y lo injusto, lo legítimo y lo ilegítimo” (López, 2009. p7). De esta forma, Raskolnikov respondiendo a estímulos exteriores decide cometer el crimen, para después sufrir las consecuencias de la condena por la sociedad, que él interioriza y busca solucionar con un incesante diálogo interior, para finalizar entregándose y deseando el suplicio como resurrección y reintegración a la sociedad.
            Podemos concluir que la Rusia zarista en esa época, estaba pasando por una “fragmentación de la estructura cultural de la sociedad” (López, 2009, p.10). Llamada por Durkheim anomia, y que esta era el resultado de la transformación de la solidaridad mecánica dada en sociedades pre-modernas o tradicionales por la solidaridad orgánica, que se encuentra en las sociedad modernas, capitalistas, industriales. Por lo tanto, Dostoievski, en su novela Crimen y castigo nos pasea por la mente de un individuo que sufre las consecuencias de la anomía hasta el punto de orillarlo a cometer un acto violento y de desintegración con su sociedad, condenándolo a condenarse en su interiorización y a esperar el suplicio que la sociedad debe de darle, para que este pueda reintegrarse en un intento de buscar una identificación cultural con la sociedad que lo rodeaba.

Referencia
López, M. (2009) El concepto de anomia de Durkheim y las aportaciones teóricas posteriores. Revista de Ciencias Sociales de la Universidad iberoamericana, 130-147.

Dostoievski, F. (1972) Crimen y castigo. Barcelona, España: Credsa ediciones y publicaciones.


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